miércoles, 24 de noviembre de 2004

BLOWING’ IN THE WIND

"BLOWING’ IN THE WIND" 

24/11/2004 

La fecha, el 20-N (tranquilos, que no es lo que parece). La circunstancia, los prolegómenos del SuperDerby Peninsular, Real Madrid-Barcelona. El lugar, Telemadrid (no Euskal Telebista, ni TV3, ni el canal local de los anarko-mocosos del barrio, no, Telemadrid). Los hechos, insólitos, impensables hasta hace tan solo unos meses, luctuosos...Salen dos cómicos, (la cara de uno me sonaba), escenificando una serie de sketches para distraer al personal mientras los futbolistas se ajustan los leotardos, y de buenas a primeras se arrancan por el siguiente diálogo, que reproducimos a continuación (no de forma textual, más bien conceptual, podríamos transcribirlo del vídeo, pero lo que importa es coger la idea): 

El uno; Mira, mira, por allí vienen, son miles, todos del Barcelona, y se les han unido los del Atleti, que van delante. 

El otro; Dios mío, jorl, no puedo, tenemos que huir, rápido, rápido, voy a pedir ayuda, voy a llamar al Rey por el móvil (se lleva el aparato a la oreja derecha)...oye, ¿tú crees que El Rey se pone? 

El uno; No, yo creo que El Rey no...el yerno, a lo mejor, pero El Rey, no se pone. 

Alucinante. Cuando nos lo contaron, casi nos pasa como a Bécquer, y tenemos que apoyarnos contra un muro, porque manda albúminas, que fuerte, fuerte, fuerte. Después de pasar la cinta de vídeo cuatro veces, y tomarnos una tacita de tila besada de Escocés, nuestros discos duros are restored y comienzan a sopesar. Lo sabíamos, sabíamos que había comenzado la cuenta atrás, pero aún así, nunca presumimos una caída libre tan acelerada, tan a plomo. Hemos entrado en la final countdown, and the end is at hand. ¿Cuántas veces ha de morir un dictador para dejar paso a una democracia? ¿Cuántos internados ha de visitar un hombre para convertirse en un hombre? ¿Cuántas veces tiene que hablar un pueblo para ser escuchado?. The times they are a-changin’, y la respuesta, my friends, está suspirando en el viento. 

Es el fin. Zarzuela lo sabe, y se revuelve furiosa, como cualquier animal herido. ¿Ha sido Letizia la definitiva culpable de este efecto dominó, o simplemente la gota que desborda el vaso, la mecha que prende en una sentina abarrotada de despropósito y decepción?. Quien podría decir, probablemente ambas cosas, pero lo cierto es que hay en marcha un dispositivo de censura nunca visto, una auténtica caza de brujas que persigue a cualquier profesional de los medios que persiga el escandaloso empeño de expresarse en libertad. Aunque nunca habéis sido santos de nuestra devoción, sabed que advertimos por lo que (unos poquitos) estáis pasando, y nos solidarizamos con cualquier periodista que defienda su inalienable derecho a denunciar esta Farsa, a contar la verdad. Nosotras, desde nuestro pequeño rincón, continuaremos en la brecha, recargando incansablemente nuestros RPGs de palabras, sumándonos a este canto que, lejos de representar el sempiterno run-run de unos cuantos “radicales”, es ya el clamor de la gran mayoría silenciosa, un canto general. 

Por lo demás, la cosa...continua ardiendo, a su lado los pozos de Irak no servirían ni para asar castañas. Al hechicero le han empaquetado de vuelta a Salvador; los servicios secretos aparecieron en la puerta de su suite con un subfusil en una mano y un sustancioso cheque en la otra, y al sanador, que no era tonto (ningún traficante en humo lo es), ni por un momento se le pasó por la cabeza el dejarlo caer. A Letizia le contó que debía volverse para curar a una niña muy grave y que pronto estaría de regreso, que continuara con el tratamiento. Pero la princesa, huérfana de su asesor espiritual, está todavía más acelerada, intenta contactar de nuevo con malas compañías, y protagoniza episodios de lo más irregular, escapadas peligrosas sin objetivo definido, o quizás con un objetivo demasiado turbio como para entrar en definiciones, como su estridente tete a tete con el Duque de Lugo, que ya tiene bastante con lo suyo, ay Señor, que dos patas para un banco...¿Cómo no va ella (y el resto), a darnos pena?. Si conocierais a fondo su day by day, vostr@s también la sentiríais. 

Letizia nunca sale de su habitación antes de las once y media. Esto es así porque no concilia el sueño por las noches, las pasa en blanco, mirando al techo, con el cuerpo dolorosamente rígido y los ojos exasperadamente abiertos, brillantes como los de una posesa, hasta que por fin, a eso de las siete o las ocho, consigue calmarse un poco e hilvanar unas cuantas horas de inquieto descanso, a todas luces insuficiente; lo que pueda pasar por su cabeza en semejantes maratones de ansiedad, propiciados a partes desiguales por las ensaladas de medicación a las que vive sometida y por las exigencias de su karma turbulento, lo desconocemos, aunque podemos hacernos una idea leyendo alguno de sus informes psicológicos, a los que de vez en cuando tenemos acceso; en un estado delirante y febril, se abandona a la decepción, al arrepentimiento y, de un tiempo a esta parte, a la más negra de las amarguras. A su lado, acaparadoramente hundido en el colchón, dándole la espalda, ronca (literalmente), a pata suelta nuestro príncipe...Un rato antes habrán hecho el amor, pero de una manera artificiosa, crispada, mecánica...veréis, cuando al acto sexual se le despoja de todo sentido de comunión física entre dos cuerpos que se buscan y se aman para convertirlo en una ineludible y sistémica Obligación de Estado, puede trocarse en un auténtico infierno, (al menos para nosotras, porque para los hombres...no hay revolcón malo), y eso es todo lo que a Letizia le queda ahora; necesita procrear, pronto, pronto, como sea, y ni la más entregada numeraria de base del Opus Dei podría concebir el sexo de semejante manera, esa frenética y abrasadora cuenta atrás en la que el asfixiante tick tack del reloj resuena cada vez de forma mas opresiva y macabra junto a su oreja. Mientras, Felipe continua ronca que te ronca...lo cierto es que no encuentra ya desafío ni emoción en la posesión de este cuerpo arrugado y marchito, y de eso una mujer siempre se da cuenta. En fin, no quisiéramos ponernos demasiado gráficas en horario infantil, pero el mismo hecho de la consumación de su amor, dada la gran descompensación de pesos y volúmenes, se constituye en un acto complicado, y condiciona una rutina que cuando se pretende quebrar no da lugar más que a estrambóticos números realizados sin pasión, que suelen acabar en punto muerto...(¿qué como conocemos detalles tan íntimos?...evidentemente, porque alguien los cuenta)....y por ello al terminar la princesa, que quisiera huir, echarlo todo a rodar, salir corriendo, pero que no se atreve, permanece agarrotada por el resto de la noche, fijando su mirada obsesiva en el techo, rumiando resignada sus sombrías expectativas, hasta que no aguanta más y, dándose media vuelta y aplastando su rostro contra la almohada, rompe en ahogadas convulsiones y solloza en silencio...dentro de las modalidades de contratos de venta de almas, este debe de tener sin duda un full-cover de lo más completito. 

Llega la mañana. Despeinada y ojerosa, Letizia se arrastra hasta el salón. Felipe no está a la vista, se ha levantado unas horas antes y se ha quitado de enmedio. Las maquilladoras dan comienzo a su meritoria labor, y en unos ochenta minutos, más o menos, consiguen el diario milagro de convertir a esta muchacha en algo medianamente presentable. Ya puede recomenzar la función, en un teatro, una sala de conferencias, una iglesia, La Farsa se traslada allá donde sea menester, unas cuantas frases hipócritas, unas cuantas sonrisas forzadas y hala, tira palante, la surrealista torsión de la realidad elaborada por los medios hará el resto. Hay un apretado programa que cumplir, El Rey quiere abdicar cuanto antes, pero no ve la luz al final del túnel. Su problema (testicular, por favor, sin chanzas con esto, que va en serio; lleva ya varios años tratándose en Londres, y últimamente, en Tejas; avanza lentamente, pero avanza), le impulsa en esa dirección, y además, con independencia de lo demás, ha llegado ya a la edad de jubilación, pero...¿cómo retirarse ahora?; todo su dispositivo de brainwashing and ironing se estrella contra el impredecible devenir de estos dos desbarda huertos, sus Herederos...Hoy iban los dos querubines al Instituto de Astrofísica, ¿significa eso que van a intentar recuperarlos a una orbita estable, o que se han dado cuenta de que se nos viene encima el Armageddon?...Houston, tenemos un problema, hay que dejar mezclar las imágenes a HAL, esconder bajo llave el cuaderno de bitácora, y sobre todo, hacernos los suecos si nos solicitan que los conduzcamos ante nuestro Jefe...Sofía no puede más, tememos que cualquier día se derrumbe, y las hijas, claro, tienen sus vidas, que son diferentes, pero cada cual a su manera, procura salir de la línea de fuego (¿quién podría reprochárselo?)...y las oligarquías, suspicaces, recelosas, a mitad de camino entre el empecinamiento a cualquier coste y el repliegue de fondos; en fin, que no hay ningún encanto decadent en este crepúsculo de figuras de cera, solo tensión, malos humores e incertidumbre... 

Un saludo a todos, y que La Fuerza os acompañe.

sábado, 13 de noviembre de 2004

"AGARRA EL DINERO Y CORRE"

"AGARRA EL DINERO Y CORRE"

13/11/2004

Hola todos. Tenemos bastantes novedades. Vamos a ello. 

Nos siguen pisando los talones. De hecho, tenemos su aliento en nuestras nucas, nos scanean los PCs, nos siembran los archivos con más troyanos de los que Aquiles mandó al banquillo en toda su carrera, nos pinchan las líneas telefónicas. El grupo se ha escindido, algunos miembros han decidido abandonar, y con razón, nos la estamos buscando; no se trata de “colgar los mensajes”, no, con eso no hay mayor problema; la cuestión de fondo radica en recopilar la información, conseguir los Mulderianos (Scullyanos) expedientes ginecológicos de Fairfax, el número de la suite de ultramar en la que el uno o el otro se revuelcan con la parte no contratante de la tercera parte, las recetas de antidepresivos de la farmacia, que nunca es la de la esquina. No es fácil, creednos, nada fácil, se requiere una infraestructura de personas bien situadas y entregadas a la causa, que se ocupan de los diversos aspectos de la cuestión según su ubicación en el campo de juego y su capacidad, y al igual que en estos foros, en los que colaboran técnicos informáticos, artistas gráficos de inspiradas composiciones, rastreadores de links imprescindibles o redactores de reflexiones inteligentes y acertadas, así en nuestra lucha aporta cada uno su granito de arena, de forma totalmente idealista y desinteresada, sin percibir renumeración pecuniaria alguna, y jugándose virtualmente su carrera y quien sabe que más en cada tacada; por ello, os pedimos que os suméis a nosotras en el más sentido homenaje por aquellos que tienen que dejarlo, con todo el dolor de su corazón, porque sinceramente, han hecho mucho más de lo que nadie podría exigirles, y tampoco van a sacrificar el futuro de sus familias por algo que, en el fondo, ha de caer cual fruto maduro por su propio peso (lo del peso en según que casos, es un decir), sin necesidad de agitar el árbol, pues este árbol no puede ser otro que el de la vida misma, y está escrito que las manzanas picadas y prohibidas tienen de lo más crudo fructificar entre sus ramas. Por otro lado, otr@s hemos decidido continuar, porque nuestra querida España no se merece lo que le está ocurriendo, y continuaremos, hasta que se vuelva materialmente imposible hacerlo, momento que podría llegar más tarde o más temprano, tal como están las cosas. Pero hasta entonces, demostremos entre todos al mundo que hay algo más aquí dentro que telebasura y abyección cortesana, que el país que esculpió el Occidente durante el siglo XVI a golpe de vela y arrojo, el pueblo del que surgieron los inmortales que de forma tan inconmensurable introdujeron el “realismo” en la literatura universal, es bastante más que un hatajo de compradores de móviles al que se puede engatusar de forma tan burda, de colar los sapos más feos y verrugosos del cuento cual si fueran las hadas. 

Pero vamos al grano; hace unas semanas se reunieron los Presidentes de las diferentes Comunidades Autónomas, y alguno de ellos mencionó que no lo veía nada claro, que si asistía al evento era solamente por “respeto a la figura del Rey”. Bueno, repetimos, ahí está el quid de la cuestión, ¿lo veis?, ¿puede alguien imaginarse a un Presidente, Conseller o Lendakari formulando esta misma frase, pongamos, dentro de veinte años?, ¿os imagináis a este Felipe insulso, caprichoso y huero, dos veces divorciado, casado en terceras nupcias con alguna ex megastar americana catequista de la Iglesia de la Cienciología (el equivalente glamouroso y post-globalizado de la proverbial corista de Las Vegas), suscitando semejante arrebato de respeto institucional entre los Caudillos de las mil y una Tribus Celtibéricas (bueno, o en el de la de los Autrigones sin romanizar)?...y para que vamos a forzar la imaginación, me diréis, si el caso no ha de plantearse, si para la fecha de reunión fijada seguro que nuestro preparadísimo rayo de perspicacia estaría circunnavegando las Bahamas a bordo de alguna bañera kilométrica, tirándole los tejos a la hija de Antonio Banderas mientras remataba un copita de Dom Perignon...y a todo esto Letizia, si seguía viva, en Salsa Rosa, contándonos por enésima vez porque tuvo que huir de Palacio con su redactor de discursos, ante el vacío de motivación intelectual que le provocaba su esposo y lo mal que le trataba la Reina...en fin, tenéis razón, dejemos los ejercicios de imaginación porque si no...a saber donde acabamos. Volvamos al presente, que también tiene tela. 

La cosa va de mal en peor. Letizia es ya un espectro, una siniestra caricatura de lo que fue, verla en persona pone literalmente la carne de gallina, se apaga a marchas forzadas, amenaza con quebrarse por la mitad con cada movimiento que realiza, como una vela demasiado larga y demasiado fina, una vela extraviada y delirante de tonos cerúleos, amarillentos, enfermizos...y el circo entero se viene abajo. Si hubiera que buscar una “concomitancia”, la respuesta sería inmediata: la Corte de los Romanov; por tener, en Zarzuela tienen ahora mismo hasta a su propio Rasputín, agarraos a la silla que esto viene echando chispas; volvemos a lo de siempre, nos diréis que nos tiramos pegotes king-size, que somos unas faroleras, que no nos creéis ni media palabra. Bueno, pues os contestaremos lo de siempre; hacéis bien en no creer sin pruebas, nosotras no buscamos seguidores o creyentes, buscamos pensantes, no hay verdades o mentiras absolutas, no hay dogma cien por cien correcto al que abandonarse, la ciencias matemáticas enteras se basan en postulados indemostrables, un cierto grado de incertidumbre en el sistema es no solo inevitable, sino incluso de lo más salutífero; leed, leed mucho y bien, y después de oír a las partes y reflexionar sobre el caso, no falléis culpas o inocencias absolutas, porque son rarísimas de encontrar; el blanco no es el contrario del negro, sino uno de sus grados, así que, visto lo visto, no creáis ni dejéis de creer, sino todo lo contrario, y esto no es cinismo, sino ecuanimidad, y si en último término necesitáis creer en algo a pies juntillas, creed en vosotros mismos...pero a lo nuestro; este mes ha sido de locura, una montaña rusa sin descanso entre los loopings, un delirio, un frenesí, la repanocha, vamos; de embarazo nada, hasta ahí todos de acuerdo. Pero lo que ya no comentan tanto esos tuercebotas de la prensa siena dengue es que los Asturias se distancian a velocidades de vértigo, que los viajecitos que se monta en plan soliperas el cretino mayor del Reino son mitad compromiso (es cierto que en sus sepelios los reyezuelos árabes no contemplan con buenos ojos la presencia de mujeres, sobre todo de las de cierta clase), y mitad escaqueo a la desperada, por usar un término New Mexican...y a que engañarnos, en cierto modo, hasta lo entendemos; Letizia (perdonad que insistamos), se encuentra cada día más desquiciada, errática, estrangulada...la vida se le escapa, se la arrancan a jirones las sillas estilo Imperio Luis XV y las lámparas de araña, esconde su cuerpo consumido bajo tétricos abrigos propios de la cadena de montaje de Schlinder, y se deja conducir de un lado a otro con los ojos perdidos y vidriosos, como una zombie. Su última ocurrencia, (y no nos diréis que no es fuerte), importar un brujo brasileño, del Estado de Bahía, a ver si la deja embarazada (parece ser que la idea le vino por el lado de alguna de sus nuevas amistades extra-fashion). Este fantasmón, famoso en las ceremonias de Macumba y Candomblé de su terruño, se aloja ahora en una suite de lo más “requintado”, en uno de los hoteles más emblemáticos de la capital, y la princesa acude allí a vísperas y maitines; por lo visto, el pájaro tira al suelo una suerte de conchas pequeñitas en las que luego pretende leer el porvenir, y receta a la princesa una especie de infusiones en las que hierven polvillos rancios y cortezas de árboles exóticos...por cuadrar el desvarío, hasta le ha encasquetado una especie de amuleto de madera oscura que ahora no se quita la princesa ni para dormir, ¿qué donde lo lleva?...mejor no preguntéis. ¿Veis ya la concomitancia?. Porque si Dios enfermó en el siglo XV o XVI, entró en coma en el XVIII y fue desahuciado en el XIX, disfrutó desde luego de una agonía resonante, de traca final, (eso que llaman alegría de la muerte), en Rusia, durante la segunda mitad de dicho siglo. En efecto, la tradicional afinidad del pueblo ruso con lo desmesurado dio lugar, por aquellos lares, a una interesantísima mezcla de misticismo desbarrado y ateísmo axiomático (un período realmente fascinante, os repito, no os arrepentiríais de profundizar en él), que alcanzó sus cumbres de lunatismo y extravagancia en la corte tardía de los Romanov, con el tal Rasputín hablando con los muertos mientras metía mano en los asuntos de Estado y se paseaba por las aristocráticas recepciones con su barba zaparrastrosa. A ver, antes de que digáis nada, no os confundáis, no os estamos diciendo que la comparación sea exacta; para empezar, aquí no hay más trastocada que Letizia, (por ahora), y tanto el Rey como la Reina, la familia de El y la de Ella y hasta el Calzonazos pusieron el grito en el cielo cuando llegó a sus oídos tamaña excentricidad, no os quiero contar la reacción de médicos y psiquiatras cuando se enteraron de lo de las cortecitas de árbol para acompañar el té; su primera reacción fue encerrar a la princesa en sus aposentos y extraditar al gurú de una patada en el...passport. Pero la muchacha se puso como loca, y amenazó con suicidarse (de un tiempo a esta parte, ha cogido esa moda, aunque no tenemos ninguna constancia de que lo haya intentado de verdad; pero tal como lo dice, cualquiera lo toma a broma), y, para evitar el escándalo, tuvieron que transigir. Han intentado enfocar la ocurrencia como una gracia, llevar el tema por lo vigilado, controlar esas pócimas que ingiere (bastante inofensivas, por otra parte), como si fueran alguna especie de tratamiento homeópata, pero lo cierto es que todo esto es demencial; Letizia se escapa y se va a ver a su futurólogo-ginecólogo, está plenamente convencida de que es su única tabla de salvación para quedarse encinta, salvar su matrimonio, dar un heredero a la corona, y la verdad, la pobre lo lleva bastante mal, está hecha polvo, no es ni sombra de lo que hace tan solo siete u ocho meses era. Abusa de todo, tranquilizantes, estimulantes, bebidas alcohólicas, tabaco y substancias de mal agüero (no psicotrópicas, de eso parece que no, pero sí vomitivos varios), y su patológica delgadez va cada día a peor, si cabe; otra razón para usar esos sacos de patatas que utiliza como chaquetones. Felipe y ella pasan días enteros sin hablarse y este maridito suyo, ejemplo de renuncia, entrega y amor sacrificado e incondicional, ya sabéis, nos lo ha demostrado muchas veces a lo largo de su vida, solo busca la oportunidad de quitarse de en medio, y eso tampoco ayuda en nada a su mujercita. A veces nos preguntamos si no estaremos siendo demasiado crueles con esta chica, manipuladora, egoísta, acaparadora, es cierto, pero también víctima de una trampa fatal, desbordada por las circunstancias. Bueno, a este particular, dos reflexiones; primera, Letizia, no vale la pena, no es lo que esperabas, no saldrás entera de ahí, el no te quiere, se caso contigo solo por vanidad y para llevar la contraria, si tu vas bastante alcanzada de entendederas, el es un completo encefalograma plano, más aburrido que una ostra detrás de sus deportivos y sus lanchas y sus playas, así que piénsalo, te dan cincuenta kilos limpios al año más lo que arrambles por publicidad, vamos, que tú y los tuyos seríais los reyes del mambo, sin más necesidad de caras largas, colores de ultratumba y pesadillas amnióticas, princesa, agarra el dinero y corre, no te queda ya mucho tiempo, si nos metemos más contigo que con el borrico de tu próximo ex es porque él no es más que, como decimos, un encefalograma plano, un completo cero a la izquierda, que no proporciona ningún juego literario más allá del “jú, jú, jú, tu piso entero cabe en mi dormitorio”, pero tú aun puedes rehacer tu vida, si no alcanzar la felicidad total, por lo menos vivir como Dios manda, recuperar tu dignidad, reencontrarte a ti misma y volver a colgar de la pared la foto del Che Guevara (cuando teníamos las respuestas nos cambiaron las preguntas, eh princesa?...pero sigue siendo mejor morir de pie que vivir arrodillada, adelante, compañera...huy, que nos ponemos románticas recordando al Comandante, vamos por la segunda reflexión). Reiteramos nuestra intención (y eso podría ser un aliciente más para ti, princesa), de retirarnos inmediatamente de escena si alcanzaras el estado de buena esperanza. En modo alguno, jamás, (aquí, dirán algunas, estamos cayendo en la megalomanía, pero seguimos convencidos de que Letizia nos lee), nos permitiríamos ser causa de posible zozobra para una mujer embarazada, el resto de razones pasadas no importan. Pero mientras, muchacha, mientras, procura retomar el control, salir de esta pesadilla, porque te vemos totalmente acabada. Esta vez Felipe fue a un entierro, y no procedía ofrecerle los servicios del Harén Real, pero dentro de poco irá a cualquier otra cosa, sin ti, y ya verás que bien se lo monta (tampoco sería la primera vez, ¿o es que te creías las noticias, que a lo mejor tu misma leíste alguna vez, de que nuestro bien amado Príncipe se pasaba los inviernos estudiando en su habitación a todas horas?), men will be men, muchacha, tienen sus propios impulsos primarios, su software biológico que runear, y se lanzan directamente a la carne allí donde la encuentran, y la verdad es que ahora mismo a ti carne, lo que se dice carne, nadie podría encontrarte mucha, o poca, así que lo dicho, agarra el dinero y corre, porque lo tuyo solo puede ir a peor. Volviendo al tema de los Romanov, el ocaso de la presente encarnación de la Monarquía en nuestro país es idénticamente inexorable, aun cuando no vaya a ser por supuesto tan sangriento, lo cierto es que están igualmente acabados; las cafeterías, los supermercados, las tertulias “intelectuales”, los Ministerios, cualquier lugar donde el tema salga a relucir, el comentario que se escucha es sólo uno; esa mujer es un desastre (está “seca”, me comentaba un taxista el otro día, palabra que no saque yo la conversación), ese tío (Felipe) es un tonto del ...., y esta Familia, que ha traicionado con tan poco gusto sus propias reglas, no pinta nada en la España actual, están de más. Claro, ahora con la boda del primo, (que diferencia, por Dios, una chica sana, joven e impoluta, ideal para generar descendencia internacionalmente presentable), la cuestión se hace todavía más evidente, y estos están de capa cada vez más caída, con razón no han querido ir a la boda, sabían que las comparaciones, siempre odiosas, les iban a salir esta vez a un precio exorbitante, y no han tenido más remedio que quedarse agazapados en su guarida; de donde no hay no se puede sacar, así de simple, y de la nada no puede salir nada, y así les(nos) luce el pelo, pero que triste que los Modelos de la Hispanidad tengan miedo de asomar la cresta en cualquier sitio, porque se saben indignos del papel que ocupan y de las compañías que frecuentan, incluso aun cuando estas las constituyan sus propios, (y forzados), súbditos. Y los medios de comunicación erre que erre, tratando de vender una burra desdentada que a cada coz solivianta más la indignación ciudadana, que es ya un clamor imparable. Y de lo otro, ya os decimos, la situación es insostenible y solo puede ir a peor, si, como mucho nos tememos, el tema de la reproducción de Estado se muestra definitivamente insoluble, y revienta en brevísimo plazo de cara a la opinión pública. Time is our side, sin duda, pero a que precio, en fin, esto es una auténtica pena, penita, pena. 


Bueno, pues así están las cosas. Un saludo a todos, hasta la próxima.